¿Cómo puedes saber si estás listo para ejercer un puesto más alto? y ¿cómo tener éxito en esta evolución?
El ascenso
El ascenso es una puerta a nuevos horizontes profesionales. También es una gran fuente de motivación, pues valida tus habilidades y destaca tu potencial, aunque ello suponga nuevos desafíos.
A menudo, suele ser más “fácil” conseguir un puesto más alto en la misma empresa en la que se trabaja que en una nueva. Por eso, al ascenso interno se le considera como el ascensor social del mundo profesional. Este implica un avance en la jerarquía y nuevas responsabilidades y desafíos que suelen ir de la mano de un aumento de sueldo (si bien este aumento sería mayor si lograses ascender en una nueva empresa). Por ello, estar a la altura de tu nuevo puesto no solo requiere un cierto nivel de madurez y habilidades, sino también unos nervios de acero.
¿La clave del bienestar profesional?
Según la encuesta anual sobre deseos laborales realizada por el Grupo Adecco a finales de 2019, el principal deseo de los trabajadores de entre 26 y 35 años era un incremento de sueldo ligado a un ascenso, seguido por un aumento de la formación y de las medidas para la conciliación. Y si bien el panorama laboral ha cambiado mucho durante el 2020, la importancia que dan los trabajadores al hecho de conseguir un ascenso sigue estando de actualidad, pues sigue ligado a la idea de la evolución profesional.
Cuando te esfuerzas y te implicas en un puesto, los comentarios que recibes contribuyen a tu satisfacción laboral, pero el ascenso va un paso más allá, pues representa la máxima recompensa por el logro de tus objetivos. Aunque la opinión positiva de los demás acerca de tu trabajo contribuye a tu bienestar, ¿qué hay de las personas que son buenas en lo que hacen y se sienten bien y desean permanecer en el puesto que ocupan? ¿O de aquellas que quizás no tienen madera de jefe o no están (aún) listas para asumir nuevas responsabilidades?
El ascenso: la importancia del momento oportuno y la preparación
¿Deseas lograr un ascenso?, ¿ocupas el mismo puesto desde hace varios años y crees que ya has asimilado todo lo que había por aprender en tu cargo? ¿O sueñas con ocupar el puesto de tu jefe, que se jubilará dentro de poco? De ser así, es importante que se lo comuniques a tus superiores, por ejemplo, durante la entrevista anual. No te quedes de brazos cruzados esperando que tus responsables noten tus cualidades y te ofrezcan espontáneamente un ascenso.
Por otra parte, debes prepararte para explicar las razones por las que deseas esta evolución profesional. Así pues, pregúntate:
¿Por qué quieres el puesto en cuestión?
¿Qué habilidades tienes que podrían ser útiles para el cargo?
¿Cuál es tu potencial?
También es importante tener en cuenta que tus argumentos deben ajustarse a tus proyectos profesionales y personales. Por ejemplo, no sería lógico solicitar un puesto en el que debas viajar con frecuencia si deseas dedicarle más tiempo a tu vida personal.
Así lo confirma Judith Touboul, especialista en gestión de organizaciones e innovación pedagógica y fundadora de la startup francesa de formación profesional Workkit La Box, quien además trabajó y ascendió progresivamente en la empresa Nestlé Nespresso SA durante 14 años. Como responsable regional de tienda durante cuatro años, participó en numerosos procesos de contratación y, según su experiencia, “la primera etapa consiste en hacer un balance de tus habilidades y de aquellas necesarias para el puesto. El siguiente paso importante es analizar si esta meta profesional es compatible con tus proyectos personales”. Este método puede ayudarte a evitar cometer errores que, en ocasiones, podrían resultar muy graves.
Aunque un ascenso también puede llegar incluso si no lo has pedido. Si tus superiores consideran que eres la persona ideal para un puesto más alto y las responsabilidades que conlleva, puedes sentirte muy orgulloso. Sin embargo, evita dar una respuesta inmediata: es aconsejable que lo pienses aunque sea durante 48 horas, sin importar cuán atractiva sea la oferta.
¿Te han ofrecido un ascenso pero no te sientes listo para ejercer el puesto?
Siempre y cuando expliques tus argumentos con claridad, puedes rechazar el ascenso sin que ello signifique que tus superiores te descarten en el futuro. Por ejemplo, digamos que te ofrecen el puesto de mánager, que implica tener más reuniones y dedicarse a la gestión del personal, cuando en realidad prefieres centrarte en la práctica y la parte técnica. De ser así, no dudes en hablar con tus superiores y decirles que crees que aportas más a la empresa en tu puesto actual.
Por el contrario, si se trata de un puesto que te conviene a largo plazo, pero en la actualidad te parece que es un poco prematuro, sé transparente al respecto. Una respuesta sincera, madura y objetiva respecto a tus habilidades no tiene por qué cerrarte la puerta, sino que te puede convertir en un candidato aún más legítimo para el puesto cuando llegue el momento indicado.
¿Quieres ascender, pero tus responsables creen que es “demasiado pronto”?
Imagina que has iniciado el proceso para lograr un ascenso y tus superiores cambian de opinión porque creen que es “demasiado pronto”. Una vez superada la decepción, puedes tomarte un tiempo para reflexionar sobre la situación. Una buena idea sería reunirte con tu responsable para preguntarle qué aspectos puedes mejorar con miras a una vacante futura y también para evitar cualquier tipo de resentimiento. Después de todo, si lo piensas cuidadosamente, a pesar de tus buenas intenciones y eficacia a la hora de realizar tus tareas, quizás no estés del todo listo para dirigir todo un equipo, ¿verdad? En ese caso, define con tu mánager los objetivos que te permitirán acercarte a tu meta y no dudes en solicitar una formación o pedirle ayuda para analizar tu perfil con el fin de definir tu proyecto profesional.
Este pequeño obstáculo no es necesariamente un fracaso, sino una forma de evitar lanzarte a un puesto que tal vez se te quede demasiado grande y no te permita estar a la altura.
Has conseguido el ascenso, ¿y ahora qué?
Cómo ejercer tu nuevo puesto en la empresa
¡Felicidades por tu nuevo cargo! Ahora, el desafío será ejercer este puesto en la empresa, sobre todo si te conviertes en el mánager de alguien cercano. Según Judith Touboul, “si el ascenso conlleva un avance en la jerarquía, también supondrá un cambio en las relaciones. Por ejemplo, será difícil que un vendedor que antes salía a beber una copa con sus compañeros después del trabajo siga haciéndolo si se convierte en su jefe”. En las empresas que exigen a sus superiores dar ejemplo y mantener una distancia con los empleados es necesario saber encontrar un equilibrio para poder ser mánager de alguien cercano sin que ello perjudique vuestra relación.
A continuación, te damos algunas claves para que el nuevo cambio no ocasione ningún problema:
- No cambies radicalmente de actitud ni menosprecies a tus antiguos compañeros.
- Reúnete con tu equipo y recuérdales que conoces las tareas, los obstáculos y los desafíos.
- Con el fin de tranquilizar a tus compañeros, comparte tu visión de tu nuevo puesto y lo que tienes previsto para los próximos meses.
- De ahora en adelante, evita cotillear y criticar a la dirección.
- El valor de la orientación para desempeñar tu nuevo cargo
Judith Touboul explica que es recomendable contar con la ayuda de un superior para adaptarte a tu nuevo puesto. “Generalmente, hay un responsable que supervisa y orienta a la persona, tanto para desarrollar sus habilidades como para ayudarle con problemas más complejos, como la gestión de equipo. Hay varias formas de lograr este objetivo. Por ejemplo, una reunión breve diaria con el responsable fomenta la comunicación. También puedes apoyarte en personas cercanas a ti pero ajenas a la empresa y con experiencia en un puesto similar, y convertirlas en tus mentores”, añade.
Pide ayuda para seguir mejorando
La primera trampa en la que debes evitar caer es guardar silencio cuando tengas problemas para realizar tus tareas, pues esto podría llevarte a soportar una carga de trabajo demasiado alta, acumular horas extra, perder confianza en tus habilidades, etc. El ascenso es una oportunidad de oro que puede convertir rápidamente tu día a día en una pesadilla y llevarte a una situación de la que no es fácil hablar por miedo a decepcionar a las personas que confiaron en ti. “A menudo, vemos el error y la duda como algo negativo. Por ello, un empleado que esté teniendo problemas puede preocuparse más por el ‘qué dirán’ y optar por ocultar sus dificultades. Por supuesto, a la larga esto termina causando muchos más problemas”, destaca Judith Touboul.
Así pues, es importante recordar que hablar de tus dificultades no es sinónimo de debilidad. Todo lo contrario, es necesario comunicarse para poder asumir responsabilidad y progresar. Esto permitirá que tu mánager y tú os pongáis de acuerdo sobre una nueva organización que te ayude a adaptarte y realizar tus tareas. Atreverte a solicitar algunos cambios podría permitirte soportar la presión e incluso evitar que abandones tu puesto, en el peor de los casos.
El ascenso es una etapa importante de la vida profesional. Por lo tanto, es recomendable que no descuides ningún detalle para que el cambio sea positivo y fructífero para todos. Por último, aunque la sociedad considere la evolución jerárquica como el ascenso ideal, recuerda que también se puede evolucionar de forma transversal en la empresa, una posibilidad que puede ser igual o incluso más satisfactoria y enriquecedora.
Fuente: Welcometothejungle.com
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