Si bien la motivación para cambiar de aires está a menudo ligada a un deseo de desarrollo profesional o de cambiar de estilo de vida por parte del trabajador, la crisis provocada por el coronavirus ha supuesto para muchos un punto de inflexión.

 

Precariedad laboral, elevados niveles de estrés, mal ambiente laboral. Si tu situación profesional se encuentra en un impasse, queremos ayudarte a hacerte las preguntas correctas antes de tomar tu decisión.

 

¿Por qué quieres cambiar?

Es importante que empieces por hacer balance de tu actual vida profesional: observa las posibles debilidades y los aspectos que quieres mejorar.

 

Identifica los motivos

Para poder identificar mejor los problemas, pregúntate si estás satisfecho con los siguientes aspectos de tu vida profesional:

 

  • Tus funciones. ¿Las tareas que tienes asignadas te resultan lo suficientemente gratificantes o, por el contrario, son repetitivas, agotadoras o difíciles? ¿Están bien adaptadas a tu jornada? ¿Te permiten tomarte los descansos estipulados?

 

  • Tu nivel de estrés y fatiga. Son los principales síntomas negativos que la mayoría de empleados querría eliminar: el 58% de los mayores 54 años, frente al 35% de los jóvenes de entre 16 y 29 años. Revisa tu carga mental en el trabajo: si estás estresado, puede deberse simplemente a un periodo de trabajo intenso, pero también es uno de los síntomas del burn-out.

 

  • El ambiente de trabajo. ¿Cómo es tu lugar de trabajo? ¿Estás en una oficina abierta, individual o compartida? ¿Cuánto tardas en llegar al trabajo? ¿Te desplazas en transporte público, auto, bici o a pie?

 

  • Tus relaciones. ¿Cómo son las relaciones con tus compañeros? ¿Hay un buen trato? ¿Tienes dificultades para comunicarte con alguien? ¿Crees que puedes hablar sobre tus inquietudes y dificultades profesionales? ¿Existen personas tóxicas para ti o para el resto del equipo?

 

  • Tus valores. Puede que tus valores hayan evolucionado desde que entraste en la empresa. ¿Compartes el proyecto y los valores que transmite la empresa? Si no es así, tu día a día puede volverse inaguantable.

 

Reconoce lo que te falta

¿Cómo te sientes con respecto a tu trabajo? Tus necesidades personales son el motor que te permite desempeñar tus labores en cualquier empresa. Evalúa tu situación actual en función de los siguientes aspectos:

  • Reconocimiento y confianza en tu puesto
  • Autonomía y estimulación
  • Salario
  • Comodidad
  • Conciliación

 

Describe lo que buscas

Comienza la introspección hacia tu vida personal. ¿Qué es lo que quieres a partir de ahora? ¿Buscas un mismo puesto, ascender o probar un nuevo trabajo y cambiar tu estilo de vida por completo? Debes analizar si el cambio que estás buscando puede llegar si te apuntas a ir a la piscina dos días por semana o si tus deseos van más allá.

 

Date tiempo para reflexionar sobre las distintas opciones. Para ello, intenta liberarte por un momento de las presiones sociales y personales y de los miedos que puedan surgirte.

 

¿Renunciar es la única salida?

Todos tenemos malos días en el trabajo: nadie se salva de cometer errores como hablar de malas maneras a un compañero o perder a un buen cliente para la empresa. Así que antes de tomar una decisión, es importante que sepas diferenciar un mal día de la necesidad de llevar a cabo un cambio radical. Tras este recorrido por tus necesidades y deseos, es hora de preparar y refinar tu plan de acción. Para ello, pregúntate:

 

a. ¿Crees que tu mala situación es un problema a corto o largo plazo?

¿Quieres irte a causa de una situación o suceso en particular? ¿Crees que esta situación es pasajera? ¿Ese mal día se ha convertido en un mal mes o, incluso, un mal año? Hazte una idea del impacto que está teniendo sobre tu día a día y cómo afecta al resto del equipo.

 

b. ¿Son tus expectativas realistas?

Como cuando nos enamoramos, los inicios de tu nuevo trabajo pueden ser fantásticos. Especialmente para los jóvenes, que no pueden comparar con experiencias previas. Al principio es fácil mantener una buena relación con tus compañeros de trabajo y estar contento con tus tareas. Pero un tiempo después puede llegar el aburrimiento y te cuestionas si podrías encontrar algo mejor en lugar de aferrarte a un clavo ardiendo.

 

Para el 28% de los jóvenes, la necesidad de cambiar de trabajo es clara, mientras que, para los mayores de 54 años, este porcentaje baja hasta el 14%. Piensa de dónde viene el desencanto y reflexiona sobre si un cambio de trabajo te ayudaría realmente a mejorarlo.

 

c. ¿Tienes otras alternativas?

Analiza tu entorno profesional. A lo mejor la situación podría resolverse con un simple cambio de departamento u oficina. Puede que tu necesidad de cambio sea un síntoma de querer romper con la rutina. Explícale a tu responsable tus dudas y quizás logres encontrar juntos una solución que evite que tengas que cambiar de empleo.

 

¿Cuentas con los medios necesarios para afrontar el cambio?

Has llegado hasta aquí y parece que estás dispuesto a salir de nuevo a la jungla del empleo. Es necesario que seas consciente de que esta decisión implicará salir de tu zona de confort y enfrentarte a las mecánicas de selección de las diferentes empresas. Antes de lanzarte, estas son las preguntas más importantes que tendrás que resolver:

 

d. ¿Te apoyarán los que te rodean?

¿Cómo recibirá este cambio tu círculo personal? Pregunta la opinión de tus amigos y familiares. No te preocupes si al principio son un poco escépticos, ya que por lo general tenderán a actuar de manera protectora. ¿Crees que tus allegados están listos para entender, aceptar y apoyar tu elección? ¿Has pensado en cómo les afectará a ellos este cambio, por ejemplo si implica un cambio en tus horarios o tus niveles de estrés? Estas cuestiones te ayudarán a evaluar hasta qué punto pueden apoyarte y su disponibilidad para acompañarte en esta nueva aventura.

 

e. ¿Tienes tiempo para hacerlo?

Muchos trabajadores tienen la impresión de tener apenas tiempo para ver una película o quedar para tomar un café con amigos. ¡Imagínate si se trata de buscar un empleo! Encontrar un nuevo trabajo mientras todavía estás en otro requiere una cierta habilidad. Asegúrate de reservar el tiempo necesario para iniciar tu búsqueda y preparar tus candidaturas.

 

f. ¿Dispones de las herramientas necesarias?

  • ¿Estás lo suficientemente cualificado para el cambio? No dudes en evaluar tus propias habilidades y actualizar tu currículum destacando nuevas aptitudes que hayas ido adquiriendo.

 

  • ¿Tienes posibilidades económicas? Aunque es posible reconvertirse sin ahorros, si deseas lanzar un nuevo proyecto laboral te aconsejamos que durante los inicios trabajes junto con otro proyecto paralelo que te asegure un colchón económico.

 

  • ¿Podrías llegar a un acuerdo amistoso para rescindir el contrato en tu actual trabajo? ¿Puedes cobrar tu seguro de cesantía?

 

El cambio es sinónimo de oportunidad, pero también genera miedo e inseguridad, que no son más que la consecuencia de la falta de información y del esfuerzo que requerirá llevar a cabo un plan sin garantía de éxito.

 

Ahora tu labor consiste en poner todas las preguntas sobre la mesa y visualizar las respuestas. Dedica el tiempo necesario a definir tus prioridades y reflexiona sobre el nivel de importancia de cada uno de estos aspectos. ¡Confía en que así conseguirás tomar la mejor decisión para tu futuro profesional!

 

Fuente: Welcometothejungle.com 

 

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