“Con tres años de experiencia en ventas, me permito presentar mi candidatura para el puesto de…”. Ya está, acabas de terminar tu carta y lo has hecho todo correctamente. En primer lugar, saludar y presentarte, después desarrollar el contenido, y por último, despedirte de manera cordial: “A la espera de sus noticias, se despide atentamente…”. Te has inspirado en los ejemplos de cartas de presentación que has encontrado en internet y, aunque la forma y el estilo de tu candidatura son adecuados, es muy posible que esa carta “modelo” no te ayude a destacar.

 

De la mano de una responsable de Recursos Humanos, en este artículo te damos consejos para conseguir ser más espontáneo en tus candidaturas. Es hora de poner fin a las plantillas y a las frases repetitivas y poco originales y, en su lugar, optar por contar tu propia historia.

 

Una carta igual a las demás es muy aburrida

Si escribir y releer tu carta de presentación te parece una tarea tediosa, ponte en el lugar de la empresa que debe leer cientos de candidaturas. ¿Alguna vez has bostezado mientras un artículo o una entrevista que no logra cautivar tu atención? De ser así, entenderás un poco lo que sienten los entrevistadores. Si todas las cartas son parecidas y utilizan las mismas fórmulas cuando presentan a “una persona dinámica, motivada y responsable” (como si alguien pudiera vanagloriarse de ser perezoso, sin motivación o indigno de confianza), leerlas puede ser realmente aburrido para el entrevistador. ¿El resultado? Tu carta se pierde en una montaña de otras similares y cae en el olvido.

 

Desgraciadamente, se trata de una situación muy común. Muchas personas en búsqueda de empleo temen cometer errores, por lo que utilizan un modelo de carta como referencia y luego lo modifican en función de su perfil. Solo es necesario cambiar algunas palabras, poner el nombre de la empresa y adaptar los lugares y las habilidades, del mismo modo en que completábamos ejercicios de frases con vacíos cuando éramos niños. El problema es que este proceso da como resultado una carta idéntica a muchas otras, y aunque esto no tiene por qué ser necesariamente un factor eliminatorio, lo que es seguro es que no te va a ayudar a desmarcarte.

 

Así pues, si quieres asegurarte de no resultar banal ni aburrido, ponte en el lugar de la persona que leerá tu carta. Una buena idea es, por ejemplo, coger una página en blanco y anotar tus ideas, con tus propias palabras, explicando quién eres, por qué envías tu candidatura y qué te atrae del puesto.

 

Cuando hayas terminado, puedes consultar modelos de cartas para verificar si te falta algún dato, pero evita las fórmulas típicas que no proporcionen información específica sobre ti y que podrían haber sido escritas por cualquier candidato. Por ejemplo, si dices: “Actualmente me encuentro en situación de búsqueda de empleo y les envío mi candidatura porque estoy muy interesado en el puesto”, no estás dando ninguna información interesante, sino mencionando algo que el entrevistador seguramente ya sabe. Sin embargo, lograrás despertar su curiosidad si explicas que descubriste la empresa en una conferencia a la que asististe, que trabajaste en una compañía de la competencia o incluso que te apasiona el sector en cuestión desde que eras pequeño.

 

Si te cuesta alejarte de las frases típicas, intenta hacer el ejercicio de forma oral. Grabarte o escribir la carta mientras la dictas en voz alta puede ayudarte a mantener un lenguaje natural y conciso, mucho más sincero que el que se suele utilizar en este tipo de cartas. Quizás las palabras sean más sencillas, pero al menos serán las tuyas.

 

Las fórmulas típicas no transmiten nada sobre ti

El objetivo del seleccionador es conocerte, y para ello necesita elementos que le ayuden a desentrañar tu personalidad y comprobar si encajarías en el puesto, el equipo y la empresa. Recuerda que la candidatura es tu primer contacto con la compañía, lo que significa que tu carta de presentación y currículum son los dos elementos con los que cuentas para transmitir una primera impresión. Por lo tanto, si tu carta es la fotocopia de otra, no importará lo buena que sea, pues lo único que lograrás es causar una sensación de déjà vu en la persona que la lea.

 

No tiene nada de malo intentar respetar al máximo las normas tradicionales de una carta de presentación, pero si no añades tu toque personal, tu esfuerzo será en vano, porque la carta no aportará nada sobre ti. Incluso podría perjudicarte, ya que basarte en un modelo y repetir las frases que utiliza todo el mundo puede transmitir la idea de que no estás muy implicado y que simplemente envías candidaturas en cadena, sin convicción ni motivación, todo lo contrario del efecto que deseas crear.

 

Por lo tanto, atrévete a expresarte a tu manera, favorece la simplicidad y opta por frases concisas en lugar de rimbombantes o excesivamente formales. Después de todo, la idea es contar tu historia y explicar qué te ha llevado a enviar esa candidatura, por lo que incluso podrías añadir alguna anécdota personal para entablar un vínculo con la persona que la lea. Por ejemplo, podrías decir algo como: “El año pasado me di cuenta de que no quería trabajar en empresas que no se preocupan por la protección del planeta. Por eso cuando me enteré de que una empresa ecológicamente responsable como la vuestra estaba contratando, decidí enviar inmediatamente mi candidatura”.

 

Este tipo de anécdotas te permiten explicar tu recorrido y elección de un determinado sector o empresa. No es necesario que cuentes una historia dramática de todos los sacrificios que has hecho, pero sí puedes abrirte un poco más y escribir una carta a tu imagen, que sea sincera y espontánea. Seguro que será mucho más convincente y te sentirás más orgulloso del resultado.

 

Evita las frases poco relevantes

Recuerda que el objetivo principal de una carta de motivación es explicar por qué has enviado tu candidatura.

 

Y aunque las compañías buscan cierta originalidad, cada vez hay más modelos de cartas de presentación disponibles en línea y eso tiende a homogeneizar aún más las candidaturas. Es muy fácil encontrar artículos del tipo “10 modelos de cartas originales” o “Las mejores frases para una buena carta de presentación”. También se multiplican día tras día los servicios de pago para la elaboración de cartas de presentación, pero puesto que se concentran en la forma, todas estas alternativas pasan por alto un elemento muy importante: el fondo.

 

Por lo tanto, antes de empezar a escribir, hazte las siguientes preguntas:

 

  • ¿Por qué aspiras a este puesto? Por supuesto, se sobreentiende que buscas empleo y te atrae el puesto, pero ¿por qué? ¿Por qué el proyecto de la empresa te motiva y te parece significativo? ¿Por qué crees que ejercer este cargo sería satisfactorio?

 

  • ¿Por qué crees que tu perfil encaja con el puesto y con las necesidades de la empresa? ¿Qué dicen tu antiguo jefe y compañeros de trabajo, o las personas que te rodean, sobre ti y tus cualidades? ¿Cómo puedes dar ejemplos de tus éxitos? ¿Cómo hablar de tus fracasos? No temas entrar en detalle para contestar a todas estas preguntas.

 

Cuando ya tengas las respuestas que necesitas, empieza a escribir. Si se te hace más fácil, prueba la técnica de hablar en voz alta, imaginando que estás presentando tu proyecto de candidatura ante una persona. Ve directo al grano y sé auténtico, y si no estás inspirado, procura ser conciso. De todas formas, una carta de presentación debería constar de una sola página.

 

Así pues, aunque la carta es una parte fundamental de tu candidatura, no te centres solamente en su estilo y estructura. Hoy en día, las reglas son cada vez más flexibles y dan prioridad al mensaje de fondo, al igual que ocurre con muchas otras normas del mundo laboral. Redactar con más libertad y flexibilidad te permitirá reflejar las características que te hacen único, sin por ello descuidar la sintaxis ni la ortografía. Aunque no existe una fórmula milagrosa que garantice el éxito, haz hincapié en el mensaje que deseas transmitir y concéntrate en los puntos principales que saquen a relucir tu personalidad.

 

Fuente: Welcometothejungle.com

 

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