Hay muchísimas razones que pueden explicar que en tu currículum haya un período vacío entre dos puestos de trabajo: una mudanza, una baja por maternidad o paternidad, problemas de salud, una reconversión profesional, etc.

 

No siempre es fácil abordar el tema, aunque quizás los tiempos que estamos viviendo puedan ayudarnos a enfocar esta cuestión desde otra perspectiva. ¿Cómo hablar de esos “huecos” en tu trayectoria profesional de forma positiva durante una entrevista de trabajo? ¿Has tenido una experiencia similar y te preocupa abordar el tema? Te damos algunas claves para que puedas prepararte con antelación y responder tranquilamente a las preguntas de la empresa.

 

1. Haz las paces con tu historia, sea la que sea

¿Decidiste dejar de trabajar por motivos personales o familiares? En ese caso, no tienes nada de qué avergonzarte. Pero tampoco si fuiste víctima de acoso laboral, sufriste un burnout, te despidieron de manera repentina, no te gustaba lo que hacías y deseabas recapacitar para hacer un cambio, o simplemente necesitabas tiempo para volver a encaminarte tras abandonar tu trabajo anterior.

 

Todos necesitamos hacer una pausa de vez en cuando. A veces, la vida te da sorpresas, por lo que es importante saber reorganizar tus prioridades para adaptarte. Aunque la situación te preocupe, es fundamental que hagas las paces con tu historia. Todos tenemos buenas razones para atravesar períodos profesionales más “vacíos” que otros.

 

Estas pausas, tanto si han sido por decisión propia (año sabático, permiso de maternidad/paternidad, reconversión profesional, etc.), como si no (burnout, despido, etc.), pueden suceder en cualquier momento y repercutir en tu carrera. ¿Pero sabes qué? ¡No es el fin del mundo!

 

Por supuesto, en un principio puede resultar difícil justificar estos vacíos, pero prepararte con antelación te ayudará a romper los posibles prejuicios de tu interlocutor en una entrevista. Para lograrlo, pregúntate qué razones o circunstancias te llevaron a esa situación. Tómate el tiempo de analizar tus últimas experiencias y los acontecimientos que causaron esa pausa en tu carrera y practica explicarlo de forma simple y clara.

 

Por ejemplo:

  • “Después de una experiencia laboral productiva e intensa, necesitaba tiempo para descansar y recuperarme”.
  • “Me sentía perdido profesionalmente, por lo que necesitaba reflexionar/pedir asesoramiento”.
  • “Decidí hacer una pausa para cuidar de mis hijos”.
  • “Tenía un proyecto en mente desde hacía mucho tiempo y aproveché la oportunidad para llevarlo a cabo”.

 

Todos tenemos nuestra propia historia, y el entrevistador seguramente también habrá tenido que afrontar los avatares de la vida en un momento u otro.

 

2. Explica qué hiciste durante este tiempo libre

Estar sin empleo no es necesariamente sinónimo de estar profesionalmente inactivo. Seguramente no te quedaste de brazos cruzados todo ese tiempo, por lo que es recomendable que reflexiones sobre qué actividades ocuparon tus días durante el período de pausa. Las posibilidades son múltiples, en función de las razones que te llevaron a interrumpir tu carrera. Por ejemplo, quizás te dedicaste a:

 

  • Emprender un proyecto personal o viaje que era importante para ti desde hacía mucho tiempo.
  • Afrontar un desafío deportivo o iniciar un proyecto artístico.
  • Hacer una formación en un ámbito que te interesaba, relacionada o no con tu profesión: idiomas, informática o simplemente para actualizar tus habilidades técnicas.
  • Obtener un diploma, certificado o permiso para avanzar en tu vida personal, como el permiso de conducir, una prueba de idiomas, un diploma universitario, una certificación para validar la experiencia adquirida, etc. Son trámites que requieren mucho tiempo.
  • Participar en un proyecto asociativo o hacer un voluntariado por una causa importante para ti.
  • Hacer un análisis de tus habilidades o recibir la ayuda de un mentor para determinar tu dirección profesional.
  • Realizar investigaciones o desarrollar tu red de contactos para un posible emprendimiento.
  • Explorar las posibilidades de empleo en tu nuevo entorno de vida (por ejemplo, en caso de un cambio de domicilio).

 

Tómate el tiempo de anotar todo lo que hiciste durante ese período, para poder demostrar que no permaneciste inactivo y que supiste sacarle partido a tu tiempo. Esto te permitirá responder con toda tranquilidad cuando te pregunten qué has hecho desde que te marchaste de tu puesto.

 

3. Destaca el vínculo entre lo que hiciste durante la pausa y el puesto al que aspiras

Una vez anotadas todas las actividades profesionales, extracurriculares o incluso personales a las que te hayas dedicado durante la pausa, tómate el tiempo de ver cómo se relacionan con el puesto o la empresa que tienes en mente. El objetivo es demostrar que supiste sacarle partido a este período y obtuviste beneficios que serán de utilidad para el resto de tu vida profesional: podría tratarse de habilidades nuevas, un proyecto profesional más preciso, una motivación reforzada, etc. La idea es, ante todo, demostrar que te mantuviste activo e informado respecto a los avances en tu ámbito, con el fin de tranquilizar al entrevistador y eliminar las dudas que pueda tener sobre tu capacidad de ponerte manos a la obra rápidamente después de esa pausa.

 

Cada transición profesional, tenga la duración que tenga, supone una ocasión para detenerte, recapacitar y tener más claridad respecto a tus decisiones futuras. Aunque es muy duro sufrir un burnout o afrontar problemas familiares graves, esto también te da la oportunidad de reorganizar tus prioridades. Estos son argumentos positivos que puedes destacar en la entrevista, por ejemplo: “Mis problemas de salud me ayudaron a darme cuenta de que una de mis prioridades es trabajar en una empresa que contributa a una causa que tenga sentido para mí” o “Este período de búsqueda de empleo me ha permitido formarme y adquirir las bases de programación necesarias para entender el ámbito en el que deseo evolucionar de ahora en adelante”. Relacionar tu experiencia con el puesto o la empresa a los que aspiras te permitirá destacar tu evolución, y eso es lo que más le interesa al entrevistador.

 

4. Prepara tu presentación para la entrevista

Una cosa es segura: si te preocupan las preguntas sobre este “hueco” en tu trayectoria, lo mejor es que te prepares para la entrevista con antelación para responderlas con tranquilidad y seguridad. Para ello, puedes practicar escribiendo tu recorrido y centrándote en las transiciones. También puede serte de gran ayuda practicar explicando todo esto de forma oral (ya sea a solas o con un interlocutor).

 

El “día D”, no es necesario que abordes directamente el tema de tu período de desempleo. Es mejor que hables de tu recorrido, explicando rápidamente las diferentes transiciones sin hacer mucho hincapié en los vacíos. Siempre podrás volver a este punto si el entrevistador te hace preguntas al respecto. Además, su objetivo al preguntarte sobre estas transiciones no es hacerte caer en una trampa, sino entender tu recorrido para hacerse una idea de quién eres.

 

Marine, responsable de adquisición de talentos, comparte este punto de vista: “Un hueco en el currículum no es necesariamente algo negativo. En las empresas, sabemos que buscar empleo a veces puede llevar mucho tiempo. Lo que más me interesa es ver cómo la persona ha aprovechado esta pausa, cómo ha enfocado este período de desempleo. ¿Ha mantenido una actitud activa o proactiva? ¿Ha intentado formarse o desarrollar su red de contactos? ¿Ha solicitado empleo en otras empresas? La idea es que los candidatos envíen una candidatura porque la oferta de empleo de verdad encaja con su perfil y no simplemente porque el desempleo se esté alargando demasiado y quede mal en el currículum.

 

Contra todo pronóstico, este período también puede ser una forma muy eficaz de demostrar tanto tu proactividad como tus valores y todo aquello que es importante para ti, lo cual te puede ayudar a desmarcarte. Por lo tanto, considéralo como una oportunidad de darte a conocer, no a través de tus experiencias profesionales, sino por el modo en que supiste levantarte de nuevo y convertirte en la persona que eres en la actualidad.

 

5. Demuestra tu honestidad y transparencia

Hay infinitas razones válidas que justifican los temidos “huecos” en el currículum, por lo que no es necesario ocultarlos ni maquillarlos. Por el contrario, esto podría ponerte en una situación incómoda o incluso perjudicarte.

 

Océane, que se tomó un año de descanso para redefinir su proyecto profesional, cree firmemente que la transparencia es la mejor solución para entablar una relación de confianza con el entrevistador: “Me he dado cuenta de que la clave es decir la verdad. Estoy convencida de que las empresas están interesadas, sobre todo, en la personalidad del candidato. Una persona que sabe quién es y acepta completamente su recorrido, aunque este no sea perfecto, tiene un perfil mucho más atractivo que alguien con el currículum ideal pero a quien le falta sustancia”.

 

Si la búsqueda de trabajo te toma más tiempo de lo previsto, no dudes en ser sincero con el entrevistador, pues este conoce la realidad del mercado laboral y las dificultades que deben afrontar los candidatos. Tampoco tienes que dar demasiados detalles, puesto que nadie necesita saber exactamente qué has hecho cada día que has estado sin empleo. La entrevista no es un interrogatorio para arrinconarte. El objetivo de tu interlocutor es conocerte y determinar si eres la persona indicada para el puesto. Mostrar tu motivación ante la idea de volver a trabajar y de unirte al equipo es mucho más importante que dedicar tiempo a explicar el porqué y el cómo de tu pausa profesional.

 

6. Mantén una actitud positiva

Por último, evita explicar un acontecimiento difícil de manera negativa. La percepción que tu interlocutor tenga de esta etapa de tu carrera dependerá, en gran parte, de la forma en que la expliques. Para Marine, es fundamental mantener una actitud constructiva: “Siempre me inquietan un poco los candidatos que hablan muy negativamente de su recorrido y de sus dificultades profesionales y personales… Esto es señal de que no han hecho las paces con su historia, lo cual en mi opinión denota una falta de perspectiva”.

 

Es muy importante no culpar a nadie, aunque la situación que vivieras fuera difícil o te hiciera sufrir. Para Marine, nunca es buena idea hablar mal de tu antigua empresa durante una entrevista: “Es como criticar a tu ex durante una cita, a nadie le parece atractivo”, añade riéndose.

 

Por su parte, Océane considera que lo importante es demostrar al entrevistador que, aunque la pausa no fuera por decisión propia, no sufriste demasiado: “Desde que he vuelto a empezar a buscar trabajo, he tenido muchas entrevistas y, en general, me he dado cuenta de que las empresas se interesan sobre todo por mi actitud y mentalidad, más que por los detalles de qué hice durante ese tiempo”.

 

Así pues, asegúrate de mostrar el lado positivo de la situación: lograste superar las dificultades, afrontaste un reto que te permitió evolucionar, te levantaste tras una caída que te ayudó a crecer, aprendiste a adaptarte, y mucho más. Hay mil y una formas de mostrar que supiste sacarle partido a esta etapa de desempleo. Por otro lado, si tu búsqueda de empleo se está prolongando demasiado, es recomendable explicar que prefieres tomarte tu tiempo y esperar a encontrar el puesto ideal.

 

Al reflexionar sobre tu trayectoria, probablemente te des cuenta de que tampoco hay muchos “huecos” en tu vida profesional y que hay una historia que explica cada vacío. Analizar tu camino en preparación para la entrevista te permitirá recuperar el control de estos períodos de transición e integrarlos con toda normalidad en tu relato profesional. Es una excelente forma de demostrar al entrevistador que aceptas tu historia y sabes convertir las dificultades en oportunidades.

 

Fuente: Welcometothejungle.com

 

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